lunes, 23 de junio de 2014

Apagué el cigarrillo en la pared y me di cuenta de que las piernas me flaqueaban.

''No es suficiente'', me susurró.

Me atravesó la caja torácica y me arañó los pulmones.

Y yo dejé el huracán dentro de mí. Siempre lo hacía.

Saqué otro cigarrillo.

Y sí.

Quizá todo eran costumbres.

Quizá todo se resumía en colillas en las esquinas y las macetas.

Quizá todo eran costumbres.

Quizá hasta tú lo eras.

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