viernes, 1 de enero de 2016

Sutilidad para quien la entienda.

Los ángeles se han corrido, todos a la vez.
Y ahí viene el cálido sentimiento que se halla en el frío. Lo puro que parece un recuerdo. Y estamos enfermando. Muy adentro.
Aquí llega el sentimiento.
El sentimiento menos sentido de haber vivido demasiado e imaginado demasiado poco.
Así que, cielo, mientras estás agonizando del dolor por el disparo que te acabo de pegar en el pecho, cierra los ojos. Gime de placer, imagínatelo todo.
Siéntelo de fuera hacia dentro. Vuelve a hacerlo; yo no puedo.
Ya no hay nada. Pretenden sentir y a veces se engañan a sí mismos.