jueves, 9 de mayo de 2013

Esas jodidas ganas de llorar y gritar a la vez.

Dicen que amar destruye. Mentira. Lo que te da la seguridad de destrucción es confiar. Confiar en que todo te va a ir bien. En que la vida siempre te va a sonreír. Y lo peor de todo es cuando llega.
Un día llega. ¿El qué? Te estarás preguntando.
Parece obvio.
Y se llama dolor.
Un día llegará y te quitará todo, quizá hasta las personas que dijeron que siempre estarían ahí.
Un día se irá todo aquello que amas. Y no te quedará nada, solo a ti mismo. Irás al instituto con ojeras de haber llorado la noche anterior, e intentarás sonreír. Para variar, te irá mal. Y nada ya va bien. Y lloras, lloras, lloras, lloras, lloras como rutina. Y te sentirás como pegajoso, imposible de seguir adelante.
Tendrás ganas de llorar, y gritar a la vez.
Y pensarás que no puede estar pasando. Pero al fin y al cabo es verdad, hay que asumirlo, hay que vivir con la esperanza de que todo va a mejorar. Así es la vida, por lo que dicen. Así es el dolor, así son las promesas, así son las lágrimas que dejan ojeras, así es el calor que abrasa. Así es mi vida.
Así me encuentro.
Pero me mantengo sin miedo, cansado pero prometo seguir adelante.
No dejes que las personas te hundan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario